El cuerpo nos convoca; nos convoca en estas III Jornadas Clínicas del Instituto del Campo Freudiano en Valencia. Tenemos pues una serie de tres.

El cuerpo nos convoca; nos convoca a cada uno de nosotros en tanto lo tenemos. Tenemos un cuerpo que, cuando las cosas del ser fallan, cuando nos quedamos sin palabras, él, el cuerpo, hace síntoma; se nos hace presente de muchas formas: dolores, fenómenos, extrañezas, acontecimientos, etc.

Es un saber del discurso analítico que las palabras nos permiten decir lo que creemos ser, lo que queremos ser o lo que nos sentimos obligados a ser, encallan a veces en una falta de sentido, dejando entonces como rastro ecos sobre el cuerpo. Ecos pulsionales a veces legibles y que a veces señalan un imposible; un límite que puede ser elaborado con la palabra como marca de castración del sujeto o que en el peor de los casos, como se observa cada vez más en nuestra sociedad, llevan al sujeto a poner su cuerpo en manos de la técnica, sobre todo la cirugía, para que esta actúe en lo real del cuerpo, descubriendo la mayoría de las veces que: “no era eso”, “sigo demasiado angustiado”.

El cuerpo se embrolla, nos embrolla; sufre al fin y es entonces cuando habla de otro modo, sin palabras, como cuerpo doliente. Percibimos ahí la presencia de un real que nos orienta en la clínica. Un monto pulsional que no se deja domesticar ni por el significante ni por los objetos “a”.

De cómo ello nos orienta a los analistas y en el mejor de los casos nos permite ubicarnos en la estructura del sujeto al que se escucha; de ello daremos cuenta en estas jornadas.